TANGO
de
un violento concierto
huele
a miedo en la casa
una
vela en el umbral para los muertos.
A
bocajarro el hambre.
duele hasta el pensamiento,
que
la maldita guerra te machaca los cimientos.
Se
quedo sin recuerdos, derribaron su historia
con
fuego de morteros, hay cenizas nada más.
Corre a buscar el pan, lleva dos monedas un crucifijo,
sorteando
los muertos llorando y sin poder respirar.
Que
carito que cuesta ir a la compra para el
almuerzo
tal
vez un kalashnikov le atraviese el
pecho, la tire al suelo y no vuelva más.
Por
culpa de un imperialista carnicero de la
humanidad.
Putin
el dictador que esclaviza al pueblo reglamentando sus libertades.
Cortejo
adulador de los oligarcas que se
enriquecen vertiendo sangre.
Bombardea
los hospitales sin compasión, ese genocida.
Como Hitler y Mussolini que masacraron por
una patria de pacotilla.
Que si es por
democracia y por Ucrania
habrá
que apretarse el cinturón.
Los
ruso con miedo hablar
la
cárcel viene detrás.
Así
callamos nosotros cuarenta años.
Los muertos en un camión sin sus apellidos
con
manos amordazadas mujer y niños.
Según dice
el refranero,
que
muerto el perro acabo la rabia
matando
al perro,
puede
que llegue la paz a Ucrania.
Manuel Fernández