¿Qué es un amigo? Es un único alma que vive en dos cuerpos. (Aristóteles)

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ARTÍCULO DE IÑAKY GABILONDO MUERTE A LOS SINDICATOS

Nueva moda. Rajar de los sindicalistas. Algo fácil y barato, por cierto. Lo llevan en la solapa ciertos políticos, lanzando mensajes subliminales sobre su actual falta de utilidad para los trabajadores, politización, corrupción, derroche económico. Resulta curioso: Los mismos que alientan al escarnio público, suelen lanzar piedras cargadas por sus propias mezquindades. Además, la destrucción del sindicalismo hace mucho más fácil la labor de los gobernantes, sin movilizaciones ni huelgas, especialmente la de quienes dirigen tras la cortina. Qué bien estaríamos si no existieran los sindicatos, piensan algunos.
 El problema es que esa frase por la que suspiran los gobernantes "Qué bien estaríamos sin sindicatos" empieza a calar entre la gente de a pie, con un discurso cargado de improperios, gritos, oportunismo, mala leche y, sobre todo, un enorme vacío de argumentos que se resume en: "Para lo que hacen, mejor que no hagan nada", "Por mí los echaba a todos y los ponía a trabajar", "Están vendidos, no se mueven, no están con los trabajadores". Luego terminan reservándote para el final el placer de oír la raída historia de: "Conozco a uno que está de liberado sindical.". Confesar ser liberado sindical, en estos tiempos que corren, es un auténtico pecado capital. Mejor inventar cualquier otra cosa antes de que te descubran. Te pueden acechar en cualquier esquina, a cualquier hora: sacando dinero, haciendo la compra, recogiendo a tus hijos en el colegio.
Cualquier lugar y excusa es buena, para utilizar como insulto la palabra "sindicalista". Se puede ser banquero chupasangre, se puede ser político en cualquiera de sus muchos cargos (concejal, alcalde, o delegado provincial.) y trincar todo lo que se quiera, aceptar sobornos y trajes, realizar chantajes, revender terrenos públicos, recortarle el sueldo a los trabajadores o directamente despedirlos sin indemnización.
Se puede, incluso, aumentar el recibo de la luz a los pensionistas hasta asfixiarlos, o salir en fotos besando niños y ancianos mientras los colegios y asilos se caen a trozos, cobrar dos o tres sueldos en tres cargos diferentes, declarar a hacienda que se está arruinado mientras se cobra de mil chanchullos distintos, para que su hijo obtenga la beca que le permita comprarse una moto a costa del Estado.
 En este maldito país se puede ser lo que se quiera, pero no sindicalista. Nadie se acuerda ya de la última huelga, aquella en que nadie de la empresa fue, excepto los dos afiliados que perdieron el sueldo de aquel día, para que luego se firmara un acuerdo que les subió el sueldo a todos. Incluso a aquellos que escupieron sobre la huelga. O de Luís, ese hombre que estuvo 30 años cotizando, y que gracias a la pre-jubilación que se consiguió en su momento, puede ahora, con 60 años y despedido de su puesto, tirar para adelante sin necesidad de buscar un trabajo que nadie le ofrecería. Recuerden también a Marta, la chica de 23 años que estuvo aguantando un jefe miserable con aliento a coñac, que le obligaba a hacer más horas extras para tener un momento de intimidad donde poder acosarla mientras le recordaba cuándo le vencía el contrato. Hasta que su mejor amiga la llevó al sindicato y, gracias a una liberada sindical, ahora el tipo ha tenido que indemnizarla hasta por respirar.
 Son muchos los que les deben algo a los sindicatos, y a los sindicalistas: El maestro que pudo denunciar al padre que le pegó en la puerta del colegio, los trabajadores que consiguieron que no les echaran de la RENAULT, la chica que pudo exigir el cumplimiento de su baja por maternidad en su supermercado. Porque también fue una liberada sindical la que se puso al teléfono el día en que despidieron a Julia, la chica de la tienda de fotos, y le ayudó a ser indemnizada como estipulan los convenios; y aquel otro joven que movió cielo y tierra para arreglarle los papeles al abuelo para procurarle una paga medio-decente, porque los usureros de hace 30 años no lo aseguraban en ningún trabajo. Para qué recordar las horas al teléfono escuchando con paciencia a cientos de opositores a los que no aprobaron, gritando e insultado porque en el examen no les contaron 2 décimas en la pregunta 4. O el otro compañero sindicalista, el que denunció a la constructora que se negaba a indemnizar a la viuda de su amigo Manuel, que trabajaba sin casco. Ya nadie se acuerda de dónde salieron sus vacaciones, los aumentos de sueldo que se fueron consensuando, el derecho a una indemnización por despido, a una baja por enfermedad, o a un permiso por asuntos propios.
 Esta sociedad del consumo, prefiere tirar un saco de manzanas porque una o dos están picadas, por muy sanas que estén el resto. Los precedentes televisivos: entrenadores de fútbol, famosos de la exclusiva en revistas, y demás subproductos, se convierten en clinex de usar y tirar dependiendo de las modas. Ahora, en un momento en que los trabajadores deben estar más juntos, arropados y combatientes contra quienes realmente les explotan, aparecen grietas prefabricadas en los despachos de los altos ejecutivos, ávidos de hincar más el diente en el rendimiento de la clase trabajadora. ¿Quién tirará la primera piedra?. ¿Serán los políticos gobernantes, o los banqueros quienes hablarán de dejadez o vagancia?. ¿Tendrán capacidad moral los jueces o los periodistas, de hablar de corrupción en las demás profesiones?. ¿Serán más idóneos para iniciar lapidaciones, los super-empresarios del ladrillo?. ¿En qué profesión se puede jurar que no existen vagos, corruptos, peseteros, o ladrones?. ¿Preguntamos mejor entre la Iglesia o la Monarquía.?. Pero qué fácil resulta rajar en este país. Siembra la duda, y obtendrás fanatismo barato. Qué bien asfaltado les estamos dejando el camino a quienes realmente nos explotan cada día. ¡Acabemos con los sindicatos!. Sí. Dejemos que la patronal y los bancos regulen los horarios, las pensiones, los sueldos, las condiciones laborales y los costes del despido. Verán cómo nos va a ir con la reforma del mercado laboral, cuando los sindicatos dejen de existir y no puedan convocarse huelgas ni manifestaciones. Verán qué contentos se pondrán algunos cuando sepan que ya no estarán obligados a pagar las flores de los centenares de trabajadores que mueren todos los años, a costa de sus mezquindades.
 
Iñaki Gabilondo.
 



CARTA ABIERTA A CARLOS HERRERA(DE UN EX-FÓSFORO)
Carta de una funcionaria de Granada a Carlos Herrera




Estimado Carlos.

Mis motivos para escucharte cada mañana no han sido otros que el placer de
escuchar una información imparcial, coherente y objetiva, cualidades
indispensables en el oficio de periodista pero que en pocos medios de
comunicación españoles, y ahora creo que en ninguno, es fácil encontrar.
He disfrutado también muchísimo de tus grandes dotes de comunicador y,
sinceramente, me he divertido bastante oyéndote.

Y por eso lo siento mucho.

Siento mucho haber tenido que ver al final tu faceta más humana desde el
punto de vista negativo. Ver como la imparcialidad, la coherencia y la
objetividad han ido abandonando tus opiniones a medida que el tema de la
crisis económica avanza. He soportado día tras día ver que, primero,
lanzabas indirectas para que se "metiera mano" (lo siento, no se me ocurre
ahora mismo una forma más correcta de decirlo) de una vez a los empleados
públicos. Y, después, desde hace unos días, comprobar la satisfacción que
te
causa el hecho de que por fin el Gobierno haya adoptado esta medida que,
entre otras, recorta el gasto público.

Querría hacer un inciso aquí. Parece que hay muchas personas que sólo
pensáis en el gasto que ocasionamos a vuestros (nuestros también, no lo
olvides), bolsillos. Olvidáis y os reís de la "PRODUCCIÓN" pública que es
la que justifica este gasto. Es que ni pensáis en ella. No estoy hablando de
altos cargos puestos a dedo que estropean más que arreglan y que no se
irán, no lo dudes, sino de los "curritos" que como en cualquier empresa
trabajamos nuestras treinta y siete horas y media semanales, en muchas
ocasiones en condiciones más que complicadas porque no contamos con los
medios suficientes para poder estar a la altura de lo que se nos
responsabiliza. Atendiendo a público cabreado e impaciente, cuidando y
formando a vuestros hijos, responsabilizándonos de la salud de pacientes a
los que tenemos que ver en tiempo record, manteniendo y limpiando los
espacios en los que vivís, protegiendo vuestra seguridad.... En fin....

Igual tú no has necesitado de estos servicios porque puedes pagar medios
privados: gestores, colegios, clínicas, médicos, seguridad, etc...., pero
te aseguro que gran parte de la población, entre la que me encuentro, los
necesitamos porque nuestro sueldo, los privilegiados que lo tenemos, no da
para más. De los que no lo tienen, ni te hablo.

En fin, te he escuchado defender esta medida y....bueno, es tu opinión
como la de muchas personas. Injusta, indicadora de un desconocimiento total de
la labor que realizamos (¿cómo la vas a conocer si, como te decía, poco
tendrás que usarla?) y, por lo que a mí respecta, triste. Es de MI
TRABAJO, del que hablas. El que crees que hay que remunerar menos. El que
infravaloras en definitiva.

Pero en fin, he seguido escuchándote a pesar de todo porque no hacías más
que manifestar eso, una opinión. Pero hoy voy a dejar de hacerlo. Hoy he
comprobado que te has vuelto parcial, incoherente y subjetivo. Y ya no me
parece interesante oírte.

Ahora que el Gobierno ha dejado de mirarme y te mira a ti, que entiendo
te cuentas entre las afortunadas personas que ganan más de 80.000 euros al
año, te sientes indignado. Ves los "peros" de dejar a los ciudadanos con menos
dinero que gastar y te parece que esa medida es injusta y poco útil, peor
aún, que puede ser devastadora para los mercados.

Ya. ¿Para qué mercados? ¿Para las grandes firmas como Loewe? ¿Para la casa
Mercedes? ¿Para el hotel Alfonso XIII? ¿Para restaurantes como Zalacaín o
La Broche? Te aseguro que los que ganáis más de ochenta mil éuros al año
(declarados) no vaís, por la subida de un punto o dos más en el IRPF a
dejar de gastar en ellos. Ni lo van a notar, te lo aseguro. Ese mercado no se va
a ver resentido. Y si no podéis vosotros, cosa que dudo, ya seguirán
acudiendo a él los que no declaran las fortunas que ganan. Siempre ha sido así. A
estas grandes empresas, nunca les fallan sus clientes.

Las tiendecitas de barrio, el bar que hay debajo de casa, los restaurantes
normalitos, los hoteles de dos y tres estrellas, las gamas bajas de
vehículos.... ese mercado que es el al que podemos acceder la mayoría de
los españoles y del que viven otros tantos, como no es frecuentado por las
personas que ganan más de 80.000 euros al año, igual sí que se ve
afectado.

Tiendo a pensar, por la parte que me toca, que el recorte de sueldo de los empleados públicos, que sin ningún pudor ni conocimiento defiendes, sí que
le va a hacer daño. Sí que le va a hacer daño la congelación de las
pensiones. Llegamos a fin de mes justitos, así es que el dinero que nos
quiten ahora, lo tendremos que quitar de nuestro consumo en estos
establecimientos/empresas. A este recorte, por cierto, tenemos que añadir
la subida del IVA y de la energía eléctrica, de las que tampoco nos libramos.
Así es que los mil/mil quinientos euros que ganamos la mayoría de
nosotros,
una vez que nos apliquen el recorte salarial, como podrás comprender a
poco que sumes, se nos irá en pagar la hipoteca/alquiler, la comida, el agua,
la luz.... y poco más nos quedará para el consumo.

Carlos, todos podemos traernos al trabajo el desayuno de casa, no hay
mucho problema. También podemos aguantar con los zapatos y la ropa del año
pasado, tomarnos en casa la cervecita con nuestros amigos, comer con ellos también
en casa en lugar de ir a un restaurante de vez en cuando y "aguantar" el
coche un poco más. El problema será para el dueño del bar que vivía de
servir desayunos a esa "panda de vagos" que somos los empleados públicos.
Para el dueño de un pequeño comercio de ropa o calzado, del restaurante
sencillito, del hotel familiar, del supermercado de barrio, del
concesionario que vende coches de ocasión.... Y para sus empleados. Este
sector de mercado lo tendrá realmente bastante más difícil para sobrevivir
que el de Loewe, Zalacaín, el hotel Alfonso XIII o la Mercedes. Y, como te
comentaba, a éste mercado es al que accedemos la mayoría de los españoles.
Sin ninguna duda al menos, los funcionarios, como nos llamas a todos, y
los pensionistas.

Mira, te voy a mostrar lo que entiendo yo por solidaridad, por
responsabilidad, por coherencia y por justicia.

Yo no tengo ningún problema en apretarme el cinturón (si es que esto, como
dudo, puede solucionar algo), para que con este dinero se puedan pagar
subsidios de desempleo, gastos sociales y disminuir el déficit del Estado.
Para que podamos salir de esta situación caótica en la que la coyentura
mundial y la vergonzosa ineptitud de nuestra clase política (de todos los
signos) nos han metido. Creo que es absolutamente necesario, justo y
razonable. Pero hay dos aspectos que me harían sentirme más conforme y más
tranquila.

Uno de ellos sería que de este esfuerzo que se nos exige a los
pensionistas y empleados públicos no se escape nadie en este país. Que contribuyamos
TODOS y TODOS arrimemos el hombro. Ricos y menos ricos. Empleados públicos y
PRIVADOS. Todos los trabajadores y los dueños de grandes fortunas. No os pongáis a temblar

los que ganáis más, que vosotros lo váis a notar relativamente poco.

El segundo aspecto que me haría no plantearme siquiera sentirme molesta
con este recorte es que una vez que esta situación pase, que pasará como todas
las crisis, se nos devolviera a TODOS también el poder adquisitivo que
teníamos antes de padecerla. Que no sólo lo privado se beneficie de las
épocas de bonanza mientras que a nosotros se nos mantiene, incluso yendo
el pais bien, en la misma situación económica que en los momentos de
"urgencia social". Que cuando pasen esos momentos, se nos restituya a la situación
que teníamos antes de la crisis como a todo hijo de vecino. No pretendería
más.

Con estas dos condiciones, entrego gustosamente mi dinero para contribuir
a que nuestro país no se desmorone del todo. Para ayudar al que ahora mismo
tiene la desgracia de estar en paro y a sus familias. Lo entrego con los
ojos cerrados. Por solidaridad, por responsabilidad y porque lo considero
justo.

Pero tú y yo sabemos que no va a ser así. Que nunca ha sucedido así.

Carlos, todo lo que de justo tiene que yo tenga que contribuir al arreglo
de esto, lo tiene de injusto el hecho de que no seamos todos los que lo
hagamos. Que tenga que seguir contribuyendo a esto aún cuando "esto", haya
pasado. ¿Me puedes dar una sóla razón para que no se toque a grandes
sueldos que no han sido recortados; a las grandes fortunas? ¿Me la puedes dar para
que las subidas salariales que se nos aplican después de las "crisis" se
hagan en un porcentaje muy inferior al de la subida del IPC del año que
toque y sobre sueldos congelados (ahora, reducidos) durante sabe Dios
cuántos años esta vez?.

Esto no es demagogia. Es la realidad pura y dura. Creo que objetiva,
imparcial y coherente. Como eras tú antes de ver peligrar un poco de lo
mucho que tienes.

Si quieres, te puedo dar un consejo acerca de cómo pasar el mal rato de
ver horrorizado que ahora te puede tocar a ti: Sencillamente, aprieta los
dientes y aguanta. Es la medicina que tomamos nosotros, los
"funcionarios",como nos llamas. Y ahí vamos, tirando "palante". Trabajando exactamente
igual, con la misma responsabilidad, que cuando ganábamos más. Asumiendo
por añadidura el trabajo de los compañeros a los que no se sustituirá por la
crisis. Otro inciso: no querría pensar que ahora te estás cuestionando la
calidad del trabajo de PROFESIONALES de la medicina, de la enseñanza, de
la gestión, de la investigación, de la seguridad..... no querría pensar que
la ancestral imagen del "funcionario" de manguito vago, poco formado e
inútil, aún está en tu mente. No puedes ser tan....limitado. Y, a todo esto, no
todos somos funcionarios, te rogaría que nos denominaras bien si quieres
generalizar. Te informo de que la designación exacta es: Empleado Público.
Algunos de nosotros tampoco tenemos la estabilidad en el empleo que tanto
se envidia y que, al parecer justifica todo lo que se nos diga o haga. Hay
muchos contratados laborales a los que también se les aplica, por cierto,
la bajada de retribuciones y que también pueden ser despedidos cualquier día.

Y aquí acabo. Sé que esta carta no la vas a leer en tu programa, por su
extensión y por su contenido. No importa, sólo quiero que la leas tú (de
darle difusión, ya me encargaré yo misma) y que pienses un poquito, si te
dignas, en lo que te cuenta esta humilde ex-"fósfora" tuya. Y que, si es
posible, dejes de amargarles las mañanas a los TRABAJADORES públicos,
aunque me temo que probablemente esta carta tenga el efecto contrario si tienes
la soberbia que, no sé por qué, ahora te presupongo. Será por lo que me has
cabreado y ojalá me equivoque.

Un saludo y que Dios nos pille confesados. A TODOS, Carlos.

Concha.






















































































































































































Si luchamos podemos perder, si no luchamos


estamos perdidos
NINGUNA CAUSA ESTÁ PERDIDA MIENTRAS QUEDE UN INSENSATO DISPUESTO A LUCHAR POR ELLA

Siempre que pensamos en una causa por la que luchar pensamos en aquellas que afectan a todos, al común. Pensamos en grandes empresas que llevar a cabo. Siempre nos vienen a la cabeza esas causas nobles, épicas, revolucionarias, como luchar por tu tierra,  por la libertad de tu pueblo, por tus ideales, etc. 
Pensamos en las grandes hazañas pasadas, como los trescientos espartanos y su heroico rey Leónidas luchando por su libertad y la de toda Grecia, contra el invasor y poderoso ejército persa; en aquellos celtíberos que defendieron con uñas y dientes su ciudad, Numancia, y su tierra, ante el imparable ejército romano, y que prefirieron morir libres que vivir como esclavos; en Espartaco luchando por la libertad de los esclavos; en Jesús de Nazaret siendo ejecutado por defender los derechos de los hombres y la igualdad entre todos ellos; en William Wallace luchando por su pueblo contra el opresor inglés; en los revolucionarios franceses de 1.789 luchando por sus derechos contra la clase dominante; en aquellos españoles que se levantaron en armas por su tierra contra el invasor francés en 1.808; incluso en Madrid resintiendo 3 años el ataque fascista y luchando por la democracia, por sus derechos y libertades.

Nos acordamos de estos y muchos otros, pero si pensamos en todos estos casos es porque en el fondo nos queremos ver reflejados en ellos, queremos parecernos a ellos, intentamos vernos identificados con todos esos Leónidas, Espartacos, Wallaces, etc., por eso al recordar esas hazañas las mitificamos y las hacemos más gloriosas de lo que ya por sí solas fueron, olvidándonos por ejemplo de todos aquellos griegos que lucharon al lado de los trescientos espartanos.

Siempre pensamos en todas estas nobles y justas causas comunes, pero en cambio nunca pensamos en causas propias por las que luchar. Qué pasa ¿que no es igual de noble luchar por tus ilusiones, por tus proyectos, por tus sueños? ¿no es igual de justo luchar por ser quién tu quieras, por estudiar lo que tu quieras, por trabajar dónde tu quieras? Incluso aunque pueda resultar para algunos algo banal ¿no es igual de heroico luchar por estar con la persona que quieres? Puede que eso nunca sea recordado, que nunca te traten como un héroe, simplemente porque ni siquiera nadie sepa que estás luchando por ello. Pero que importa eso.

Hay ilusiones, proyectos y sueños que pueden resultar verdaderas hazañas conseguirlos, es posible que lo intentes y que no lo consigas. Puede que te choques contra una pared y quieras dejarlo todo. Puede que te caigas, pero si te caes una vez, te levantas. Si te vuelves a caer, te levantas. SI TE CAES, SIEMPRE TE LEVANTAS.


Puede que sea mucho más duro de lo que jamás pensaste intentar cumplir tu sueño, puede que muchos te desanimen y te digan que no merece la pena luchar tanto, que te digan que vas a fracasar, pero no se dan cuenta que EL ÚNICO FRACASO ES NO INTENTAR NADA, EL ÚNICO FRACASO ES TENER MIEDO A FRACASAR.

Incluso, por mucho que lo quieras, por mucho que te lo merezcas, por muy bien que lo hagas, es posible que te salga mal, porque HASTA EL PLAN MÁS PERFECTAMENTE DISEÑADO Y EJECUTADO PUEDE SALIR DE LA FORMA MÁS DESASTROSA POSIBLE.
Si fallas, si algo sale mal, levantas la cabeza, te arremangas y vuelves a empezar.


Y seguramente halla algunos que se alegren de que hayas fracasado, y se alegren porque ellos nunca se atrevieron a luchar por lo que realmente querían, porque ellos fueron de los que se dejaron llevar por lo que les dijeron los demás. 
Algunos que no quieran mirar más allá de que te salió mal, que no quieran entender que tú no te equivocabas, pero que te ha salido mal, porque hay cosas que no dependen de ti: no puedes controlar todas las situaciones ni todos los acontecimientos, no puedes controlar los sentimientos, los miedos, y las acciones de otras personas. Y eso lo deberías saber y  tener siempre en cuenta.

No entienden que a veces las cosas salen mal porque hay otras personas que son igual de cobardes que ellas, que tampoco han tenido el valor de luchar por lo que querían. Que han preferido conformarse con lo que tenían, que han intentado convencerse de que eso es lo que realmente querían para no tener que pensar en lo cobardes que fueron. Que no entienden que cuando se abre una fisura, por muchos parches que pongas, por mucho que pienses que está solucionado, nada volverá a ser igual, y que tarde o temprano el barco se hundirá.

No entienden que no vale conformarse con lo que tienes, que por mucho que intenten hacerse creer a ellos mismos que lo que tienen es lo mejor, no lo van a conseguir, y lo peor es que probablemente lo sepan, pero siguen intentándolo
No se dan cuenta que SI NO APUESTAS POR LO QUE QUIERES, QUE SI NO ERES VALIENTE Y LUCHAS POR ELLO, NUNCA SERÁS FELIZ.

Nadie te asegura que por luchar lo vayas a conseguir. Ni siquiera que lo hagas bien, que sea lo más justo ni que te lo merezcas. 
Puede que falles, puede que te salga mal, pero si no lo intentas nunca lo sabrás. Lo único seguro es que si no lo intentas no lo vas a conseguir, que si no lo intentas te arrepentirás siempre.
 
Porque:

Nunca existen muros demasiado altos 
siempre hay agujeros donde hay que mirar
 
nunca hay poemas que sangren sin alma
 
siempre hay razones por la que brindar
 
Nunca hay caminos demasiado estrechos
 
siempre queda tiempo para lo esencial
 
nunca hay tantas pajas en el ojo ajeno
 
siempre habrá un te quiero dicho sin maldad
Nunca habrá problemas que no se resuelvan
 
siempre queda alguien que te va a escuchar
 
nunca tendré frío si estoy con mi gente
 
siempre tendré sitio para alguien más.


No nacimos para ser felices; sólo para intentarlo. Sin embargo, todos tenemos el derecho de luchar por nuestra felicidad.
Lucha por lo que quieres, y si no lo consigues al menos tendrás la satisfacción de haber luchado. Al menos te sentirás orgulloso de ti mismo por haberlo intentado. Porque quien lucha puede perder, pero quien no lucha ya perdió.
Recuerda siempre: la única posibilidad que tienes de conseguirlo es intentándolo.

PORQUE TODO ES POSIBLE, SOÑAR, CREAR, LLEGAR,…TAN SÓLO HACEN FALTA GANAS DE LUCHAR.
Escrito por bajolupa el 26/03/2010 17:54 

http://bajolupa.blogspot.es/ 






La frase del año


"En el mundo actual, se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres, que en la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para que sirven"





Nobel de Medicina

Oncólogo brasileño Drauzio Varella.







CARTA ABIERTA DE UNA ALUMNA DE 1º BACHILLERATO



Estos días han circulado por internet multitud de cartas abiertas de profesores tratando de explicar que no son dos horas, que no son ellos los más perjudicados. Que somos nosotros. Me indigna ver cómo todo su esfuerzo no sirve para nada en cuanto algún político deja caer frente a los medios que son unos vagos y que sus protestas se deben a esas dos horas que no dejan de mencionar. Nos manipulan como quieren, sus medias verdades aparecen en las primeras planas de sus periódicos mientras los hechos, las cifras objetivas, quedan sepultadas bajo sus artimañas electorales.


Así que me gustaría compartir mi versión como alumna de secundaria de la escuela pública. No creo en partidos políticos ni me importa a quién le bajen el sueldo o le suban dos horas, me importa mi futuro y el de mi generación.


Hace una semana que comencé 1º de Bachillerato en un instituto de Getafe. No es una mala zona, no hay mucha pobreza y sé que debo considerarme afortunada. No puedo imaginar cómo está la situación en otros institutos de zonas más pobres aquí mismo, en Getafe. No sé si creerme las cosas que me cuentan sobre más de 40 alumnos hacinados en aulas sin material, con profesores más preocupados por salir vivos del aula que por conseguir un buen nivel.


En el mío somos 30, 37 y 33 alumnos de 1º de Bachillerato en las 3 clases. Pensábamos que habría 4 clases, porque hay cuatro opciones de Bachillerato, pero las letras puras (Griego y Latín) han sido desterradas. La profesora de Latín nos decía que estaban protegidas por ley, así que no entiendo cómo ella, junto con mis compañeros que querían estudiarlas, se han tenido que marchar del instituto.


Esta semana no hemos dado prácticamente clases útiles, mi instituto está sumido en el caos. Hemos cambiado de tutor un par de veces por los desajustes en los horarios. Al no haber clase de tutoría no hemos podido elegir delegado, el que se encarga de cerrar el aula con llave durante los recreos, por lo que debemos llevar siempre encima la mochila para evitar los robos. No hay profesores de guardia para vigilar a los alumnos que están solos cuando algún profesor falta, ni siquiera a los más pequeños, recién llegados a secundaria. Los horarios son provisionales, cualquier nuevo cambio ordenado desde la Administración trastoca las clases de todos y exige rehacer toda la organización.


Tengo tres profesores, de lengua, mates e inglés, que en realidad son "medios" profesores. Trabajarán media jornada en mi instituto y la otra media en otro, aunque el descontrol es tal que todavía no han mandado ninguno desde la Administración. Mientras tanto estamos parados durante estas tres horas, o a veces nos juntan en el aula grande a los tres bachilleratos (los 100 alumnos) con un solo profesor para que no perdamos el tiempo. Ni siquiera sabemos en qué grupo de matemáticas estaremos porque los profesores no pueden ponerse de acuerdo en qué sistema usar para dividir los grupos hasta que llegue el que falta. ¿Que tenemos peor nivel que la privada? ¿Acaso creen que en la privada se pierden tantas horas de clase por temas así, que tienen el mismo material, la misma treintena de alumnos por clase?


Los 'desdobles' de las únicas dos optativas que el instituto ha podido ofertar tienen, de nuevo, 30 alumnos por desdoble, incluida Ampliación de inglés oral. ¿Qué tal creen ustedes que funciona una clase de inglés oral con 30 alumnos? Tenemos oportunidad de hablar 1 minuto y medio cada alumno.


Me indignan las mentiras descaradas de Aguirre. Sí que ha habido recortes, lo notamos todos los alumnos, la precariedad y el descontrol generado por la falta de profesores. Todos están dando más de lo que pueden y aun así no es suficiente, no dan abasto con tanto por hacer en pleno inicio de curso escolar y tan pocos recursos.


Mis profesores no trabajan 20 horas. Nos dan 20 horas de clase y luego nos vigilan en el recreo, dan clases de apoyo, se encargan de cubrir las faltas de otros profesores, preparan las clases siguientes. Responden las dudas después de la hora de salida, se quedan ayudando a los alumnos que van peor en sus horas libres. Nos llevan a excursiones, a campeonatos de matemáticas, a concursos de poesía. Llegan los lunes a primera hora con ojeras de haberse quedado de madrugada corrigiendo. Les he visto en la manifestación hoy mismo, junto a sus alumnos, luchando por nuestro futuro. A pesar de todo el caos, las horas perdidas, la falta de material, ellos siguen siempre al pie del cañón, con su pizarra vieja y sus tizas (no todos tenemos la suerte de tener las pizarras digitales de la privada).


Estoy orgullosa de mi instituto y de mis profesores, que me han enseñado a no rendirme y a luchar por mi futuro. Gracias a la escuela pública este año pude optar al Bachillerato de Excelencia en el San Mateo (quedé entre los 50 mejores del examen para el premio extraordinario de la ESO, aunque por supuesto no gané: nadie de la zona sur ganó), pero he decidido seguir en mi instituto público sin presupuesto, que es el que ha hecho que quedase entre esos 50 mejores.


Así que no me voy a callar mientras nos arrebatan la educación pública y nos condenan a una sociedad de clases sin posibilidad de ascender. Si los ricos son los únicos con acceso a educación, los pobres siempre seguirán siendo pobres, eso aprendemos en clase de historia. Tal vez unos cuantos políticos deberían dejarse de propaganda y trapicheos y volver a la escuela a estudiar el Antiguo Régimen, las revoluciones y el movimiento obrero, antes de repetir los mismos errores del pasado.


M. L. G.
Una alumna del IES José Hierro
http://esodelaeso.blogspot.com/2011/09/cronica-de-una-alumna.html?spref=tw









DESPERTARES


Marguerite Yourcenar, en su magnífico ” Memorias de Adriano”, escribió:

“Dudo de que toda la filosofía de este mundo consiga suprimir la esclavitud; a lo sumo le cambiarán el nombre.”

¿Por qué se llama BlackBerry?

En la época de la esclavitud en los Estados Unidos, a los esclavos nuevos se les ataba una bola negra de hierro muy irregular y cacariza (no era una bola perfecta, para que no pudiera arrastrase fácilmente), con una cadena y un grillete al pie, para que no escaparan corriendo de los campos de algodón.

Los Amos, para usar un eufemismo (palabra políticamente más correcta, suena más bonito), le llamaban “BlackBerry” (cereza negra) porque se asemejaba a dicha fruta.

Ese era el símbolo de la esclavitud que decía que estaría forzado a dejar su vida hasta perecer sin poder escapar en esos campos de siembra.

En los tiempos modernos, a los nuevos empleados no se les puede amarrar una bola de hierro para que no escapen, en cambio, se les da un “BlackBerry” y quedan inalámbricamente atados con ese grillete, que al igual que los esclavos, no pueden dejar de lado y que los tiene atados al trabajo todo el tiempo. Es el símbolo moderno de la esclavitud.

Gerentes, ejecutivos, directores y empleados en general tienen uno y cualquiera puede ver cómo están pegados a él todo el tiempo, como adicción; en el baño, en el auto, en el cine, en la cena, al dormirse y no hay forma de escapar cuando llama el jefe o cuando les mandan correos.

No hay manera de decir que no te llegó o que no escuchaste porque este teléfono chismoso te avisa si llamaron y no contestaste, si tienes mensajes por leer, si los leíste y si los demás abrieron tus correos, te marca citas, horarios, te despierta, se apaga solo, se prende solo, y te permite estar idiotizado horas en la Internet, mientras tu esposa, esposo, novia o novio y tus hijos y familia te reclaman porque no les pones atención. Y ahí los ves, modernos ejecutivos que se sienten muy importantes porque “el jefe” les dio su BlackBerry para que no escapen de los campos de trabajo.

¿TE ATREVES A SER LIBRE?
 Fuente http://teatrevesadespertar.wordpress.com/2011/07/13/por-que-se-llama-blackberry/






¿Quién privatiza a los políticos?La defensa de lo público hace vivir la democracia. Hay, por supuesto, opiniones en contra que parecen apoyarse en ese latiguillo de la libertad individual para fomentar la riqueza; de la libertad de emprender, de crear, que se oculta bajo la oscurecida palabra de liberalismo. No se puede negar la importancia de los llamados bienes de consumo que, al parecer, la economía y los economistas administran. Pero el verdadero sustento de la sociedad, de la vida colectiva tan importante como la vida de la naturaleza, es la educación, la cultura, la ética. Ellas son las verdaderas generadoras de riqueza ideal, moral y material.
La democracia, que nació como lucha hacia la igualdad por medio de la reflexión sobre las palabras y por el establecimiento de unos ideales de justicia y verdad, no puede rendirse a las privatizaciones mentales de paradójicos libertadores. Sin embargo, apenas se insiste en el hecho de que la crisis que padecemos es una crisis que tantos competentes expertos, siguiendo el principio de la libertad y la competitividad, no han sabido evitar, ni tampoco las diversas burbujas -sobre todo las propias burbujas mentales- que inflaban y aireaban. Burbujas que, parece ser, les han permitido construir sin que nadie les pida responsabilidades por sus liberadas y productivas ganancias.
No es, sin embargo, una discusión sobre problemas económicos, cuyos entresijos y burbujeos desconocemos, a lo que voy a referirme, aunque haya siempre un principio de honradez y verdad en el que, seguro, todos nos entenderíamos. Aludiré únicamente a una de esas frases vacías que hincha las palabras de ciertas oligarquías. Desde hace años, de nuevo en estos días, como manifestación del menosprecio por la enseñanza pública y por sus profesores, se habla de la libertad de los padres para elegir el centro en el que educar a sus hijos. Esa defensa libertaria no tiene que ver con el deseo de que se practique en la educación una verdadera libertad: la libertad de entender, de pensar, de interpretar, de desfanatizar, de sentir. Libertad que, por encima de todas las sectas, debería fomentar la combatida Educación para la Ciudadanía y la identidad democrática. Una libertad que enseñase algo más que la obsesión por el dinero y por el solapado cultivo de la avaricia. A lo mejor, esa educación les obligaba a dimitir a algunos personajes de la vida pública, por vergüenza del engaño que arrastran y contaminan. Mejor dicho: haría imposible que se dieran semejantes individuos.
Ese sermoneo se funda sobre todo en el fomento de la privatización de la enseñanza que alimenta el dinero y la desigualdad. ¿Pueden gozar de esa libertad todos los padres? ¿También los de los barrios más modestos de las grandes ciudades? ¿Pueden ser libres para mandar a sus hijos a esos colegios privados? Centros que proliferan por nuestro país y que apenas pueden compararse, a pesar de sus supuestas y publicitadas excelencias, con cualquier colegio o instituto público de Francia o Alemania. Por lo visto los padres franceses o alemanes ni siquiera se han planteado esa posible libertad que, lógicamente, no necesitan. En ese mismo derrotero andan algunas universidades, que anuncian sus excelencias pregonando que "los alumnos encontrarán las profesiones que les permitirán colocarse rápidamente en la empresa". ¡Magnífico ideario para fomentar la vida universitaria, la pasión por el saber, el crear, el innovar! En el fondo, toda esa propaganda libertaria es fruto de planteamientos políticos, de dominio ideológico, de sustanciosos prejuicios clasistas, que con doble o triple moral predican libertad, cuando lo que realmente les importa, aunque quieran engañarse y engañarnos, es el dinero. Solo por medio de una ideología de la decencia, de la justicia, de la lucha por la igualdad, tan problemática siempre, puede alzarse el sistema educativo de nuestro país, de todos los países. No puedo por menos de citar un texto de Giner de los Ríos, entre muchos de los que podrían citarse del olvidado precursor: "El dogmatismo, el dominio sectario sobre los espíritus, el afán de proselitismo doctrinal, tantas otras formas de opresión y de coacción muestran cómo esa tutela se corrompe, y en vez de disponer gradualmente al hombre para su emancipación procura disponerlo para perpetuar su servidumbre".
En este punto tendríamos que preguntarnos: ¿Quién privatiza a los políticos? ¿Qué palabras huecas, convertidas en grumos pegajosos aplastan los cerebros de los que van a administrar lo público, o sea lo de todos, si la corrupción mental ha comenzado por deteriorar esas neuronas que fluyen siempre hacia la ganancia privada? No se entiende bien cómo a esos destructores de la idea de lo público les votan aquellos que perderían lo poco que tienen en manos de tales personajes. A no ser que la mente de esos súbditos haya sido manipulada y, en la miserable sordidez de la propia ignorancia, esperen alguna migaja, algún botón del traje que viste el supuesto partido político que les arrastra.
Habrá, como digo, que ir estudiando las razones que mueven el comportamiento de esos padres de la patria que tienen el deber de organizar, no para su provecho y el de sus amigoides o amigantes, eso que se suele llamar, más o menos acertadamente, el bien común. Un pueblo "maravillosamente dotado para la sabiduría", como decía Machado, y al que hay que dar ejemplo para que no pierda el sentido de la justicia, de la honradez. Es importante conocer en los defensores de la libre empresa, en los apóstoles de la privatización, qué empresa, ideología, fanatismo, les ha privatizado a ellos. Porque se trata de evitar que la patología individual de esos sujetos se convierta en patología, donde se hunde la vida colectiva.
Es un deber de la sociedad investigar y descubrir las razones ocultas de las privatizaciones. Parece que la raíz de todas ellas, con independencia de determinadas claves genéticas, brota también de la educación, de los ideales que, al abrirnos al mundo del saber y la cultura, hayan acertado a enseñarnos aquellos en cuyas manos está alumbrar la inteligencia y la sensibilidad. Las opiniones que se clavan en las neuronas y que determinan la forma de actuar sobre las palabras y sobre aquello a que esas palabras nos empujan, proviene de esos reflejos condicionados que, desde la infancia, han aprisionado nuestra manera de ver e interpretar el mundo.
Podemos intuir que la degeneración intelectual de buena parte de la clase política, y de los llamados emprendedores -los que, por ejemplo, emprendieron la destrucción de nuestras costas-, procede de esos conglomerados ideológicos en los que se mezclan, con la indecencia, alguno de los males a que se ha aludido. ¿Quién privatiza a los políticos? ¿Quién nos devolverá, en el futuro, la vida pública, los bienes públicos, que nos están robando?

Emilio Lledó es filósofo.

Fuente EL PAIS   (jueves 6/10/2011)
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Quien/privatiza/politicos/elpepiopi/20111004elpepiopi_12/Tes










CARTA DE UN MÉDICO CATALÁN


Me despiden.
A partir del día 1 de Agosto no podré atenderles más debido a los recortes presupuestarios en sanidad proyectados por el gobierno de la Generalitat. Según me han comentado en subdirección médica, el hospital de Bellvitge no tiene dinero para pagarme este verano. Ni a mí, ni a los otros 56 médicos eventuales que, como yo, serán despedidos. Inicialmente el plan es recontratarnos en septiembre u octubre, con contratos renovables de mes a mes, sin derecho a vacaciones y posiblemente con una rebaja del sueldo.


Estas opciones son casi una invitación a los médicos para que abandonemos la sanidad pública. Lo mismo está pasando desde hace mucho tiempo con enfermeras, auxiliares y demás sanitarios que han visto empeorar sus condiciones de trabajo en los últimos años.


Estos recortes, junto con los realizados previamente y el actual cierre de hospitales, contribuirán a aumentar las listas de espera tanto para consultas como para quirófanos y a reducir la calidad de la asistencia hasta el punto que, quien quiera tener acceso a la salud, sólo le quedará la opción de pagar un seguro privado. Además de los gastos de este seguro deberá contar con el hecho de que la aseguradora no tendrá la misma cobertura de salud que la sanidad pública.


Esto será un gran beneficio económico para las aseguradoras de salud, que posiblemente ya se están frotando las manos pensando en los millones de euros que ganarán aprovechando esta penosa situación. También será un gran beneficio para las arcas de los gobiernos que habrán de gastar menos dinero en salud. Es decir, la salud de las personas es una carga para las arcas de los gobiernos. Pero entonces, ¿por qué pagamos impuestos?

Resulta curioso que no haya dinero para pagar médicos pero que sí haya para pagar un parlamento europeo, otro nacional, un parlamento autonómico, diputaciones y alcaldías. (No sé si son necesarios tantos "jefes").


También hay dinero para pagar pensiones vitalicias, y de cantidades importantes, a diputados y senadores. Yo personalmente prefiero tener un cirujano y una anestesista contratados que un político en su casa felicitándose por las cosas buenas que hizo cuando estaba trabajando para levantar el país.

Así como las numerosas y costosísimas Embajadas de Catalunya enel exterior.


También hay dinero para mantener coches oficiales que evidentemente son coches de gama alta y para que nuestros eurodiputados viajen en primera clase para que se cansan si viajan en clase turista. Eso sin contar dietas, alojamientos y otros gastos.


Hay miles de millones de euros para rescatar a los bancos de la crisis pero sin que después se les pida que devuelvan el dinero que se les ha dejado, este préstamo es lo que nos deja sin dinero para la salud y la la educación. Pero claro, los políticos y los bancos siempre son muy amigos y la economía de libre mercado intocable. ¿No hay dinero? No me lo creo.

Señores pacientes. Luchen por su salud: porque se la están robando. Con la excusa de la crisis, han retirado el dinero a lo más necesario en benificio de unos pocos. Nuestra sanidad, se está hundiendo y no es por falta de dinero sino por puros intereses económicos .. Quizás acabaremos como en Estados Unidos donde, quien no se lo puede permitir, no tiene derecho a la salud.


Luchen por su salud. Hagan reclamaciones, demandas judiciales, manifiéstense, asóciense, indígnense. Los sanitarios ya hemos luchado, ahora les toca a ustedes.













Cristiano Ronaldo, gladiator

por Pepa Suárez 
             Los emperadores romanos llegaron a medir su popularidad por la cantidad de sangre derramada en la arena de los anfiteatros. No existía diversión sin hedor a carne desgarrada al sol. Hombres y animales ofrecían un espectáculo enloquecedor a un público enajenado por la violencia sin límite, donde el azar otorgaba la suerte de devorar o ser devorado.

            Entre la ficción y la realidad se mueve la cifra de los diez mil gladiadores, que, durante ocho días en la época de Augusto, contribuyeron al disfrute de la concurrencia y cuyos cadáveres, dicen, se apilaban por todos los rincones de la ciudad. Poco importa si las cifras fueron engrosadas por la imaginación con el paso del tiempo. Lo cierto es que los ludis romanis reflejaban, visto desde la perspectiva actual, la barbarie en la que se sustentaba la vida diaria del Imperio Romano: la visión de los gobernantes como divinidades inalcanzables; la encarnación de los valores militares de arrojo, fuerza y valentía, tan necesarios para sustentar el Imperio que crearon, en la lucha entre gladiadores; los espeluznantes castigos a los que se atrevían a quebrantar la ley y la demostración de la superior inteligencia del cazador sobre la bestia en las venationes, donde ambos seres vivos se enfrentaban en un duelo a muerte.

            En la época actual, sustentada en los valores democráticos y cívicos, hemos visto por estos días un espectáculo que recuerda a la época romana: una lucha sin cuartel entre un toro y un hombre. El torneo consiste en soltar a un morlaco en campo abierto donde los lanceros intentan dar muerte al animal. Independientemente de la tradición, que dicho sea de paso debería siempre pasar por el tamiz de la cultura y del conocimiento del momento histórico que vivimos, ignoro por completo cual es la base antropológica actual de semejante espectáculo, donde Afligido, el toro al que le tocó este año ser presa de la persecución, ha muerto casi sin defenderse, según cuentan las crónicas, de una lanzada en el costado, después de una agonía que terminó cuando lo apuntillaron con un destornillador.

          Me resisto a aceptar que la diversión de todo un pueblo, a día de hoy, pase por la adicción a la sangre reseca disuelta en el aire. Como tampoco me cuadra que un muchacho del siglo XXI experimente las mismas sensaciones que un cazador romano, creyéndose un dios, no porque haya aprobado unas oposiciones a la función pública o porque se haya comprado un coche de última generación, emulando a los modelos publicitarios, sino porque, ante su tribu, ha demostrado una superioridad física cuya única utilidad ha sido matar a un animal de 600 kilos de peso con una lanza el día de las fiestas de su pueblo. Algo no cuadra en esta España nuestra.

Fuente: Odiel información 16 de Septiembre 2011














REVOLUCION EN ISLANDIA (DE ESTOS NO NOS INFORMAN)
ISLANDIA: REVOLUCIÓN SILENCIOSA PERO EFECTIVA
En Islandia, el pueblo ha hecho dimitir a un gobierno al completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa de su mala política financiera y se acaba de crear una asamblea popular para reescribir su constitución.
Y todo ello de forma pacífica. Toda una revolución contra el poder que nos ha conducido hasta la crisis actual.
He aquí, por qué no se han dado a conocer hechos durante dos años:

¿Qué pasaría si el resto de ciudadanos europeos tomaran ejemplo?
Esta es, brevemente, la historia de los hechos:

Año 2008
Se nacionaliza el principal banco del país. La moneda se desploma, la bolsa suspende su actividad. El país está en bancarrota.

Año 2009
Las protestas ciudadanas frente al parlamento logran que se convoquen elecciones anticipadas y provocan la dimisión del Primer Ministro, y de todo su gobierno en bloque. Continúa la pésima situación económica del país.

Mediante una ley se propone la devolución de la deuda a GB y Holanda mediante el pago de 3.500 millones de euros, suma que pagarán todos las familias islandesas mensualmente durante los próximos 15 años al 5,5% de interés.

Año 2010
La gente se vuelve a echar a la calle y solicita someter la ley a referéndum.

En enero de 2010 el Presidente, se niega a ratificarla y anuncia que habrá consulta popular.

En marzo se celebra el referéndum y el NO al pago de la deuda arrasa con un 93% de los votos.
A todo esto, el gobierno ha iniciado una investigación para dirimir jurídicamente las responsabilidades de la crisis. Comienzan las detenciones de varios banqueros y altos ejecutivos. La Interpol dicta una orden, y todos los banqueros implicados, abandonan el país.
En este contexto de crisis, se elige una asamblea para redactar una nueva constitución que recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la actual, una copia de la constitución danesa.
Para ello, se recurre directamente al pueblo soberano. Se eligen 25 ciudadanos sin filiación política de los 522 que se han presentado a las candidaturas, para lo cual sólo era necesario ser mayor de edad y tener el apoyo de 30 personas.
La asamblea constitucional comenzará su trabajo en febrero de 2011 y presentará un proyecto de carta magna a partir de las recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán por todo el país.

Deberá ser aprobada por el actual Parlamento y por el que se constituya tras las próximas elecciones legislativas.

Esta es la breve historia de la Revolución Islandesa: dimisión de todo un gobierno en bloque, nacionalización de la banca, referéndum para que el pueblo decida sobre las decisiones económicas trascendentales, encarcelación de responsables de la crisis y reescritura de la constitución por los ciudadanos.

¿Se nos ha hablado de esto en los medios de comunicación europeos?
¿Se ha comentado en las tertulias políticas radiofónicas?
¿Se han visto imágenes de los hechos por la TV? Claro que no.
El pueblo islandés ha sabido dar una lección a toda Europa, plantándole cara al sistema y dando una lección de democracia al resto del mundo.

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