¿Qué es un amigo? Es un único alma que vive en dos cuerpos. (Aristóteles)

sábado, 22 de julio de 2017

Siempre Nanin




En qué momento decide uno  despedirse de un gran amigo, cuando realmente no quiere. Lo súbito, lo imprevisto, lo que cercena tan de golpe una vida, es muy difícil de procesar y la palabra “adiós” duele tan  solo pensarla.

 Vivimos en una rutina tan anestésicamente cruel que perdemos mucho tiempo en banalidades, vivimos para llenar la cartera como principio indiscutible de vida. El tiempo se ríe de nosotros, porque pasa y pasa... y muchos  solo nos asomamos a la ventana  para ver como camina, llevándose nuestros mejores años.

El dolor parece que despierta en nosotros, un repentino sentimiento de aprovechamiento de vida, pero  nuevamente el tiempo mitiga esa promesa interna de sacarle a la vida su jugo, y la rutina tarde o temprano, se acomoda  de nuevo en nuestras vidas. Volvemos a ser piezas de ese engranaje social. 

Mi amigo era cabezota como nadie, grande, aunque tenía más grande el corazón. Se aceleraba como los Ferrari en pocos segundos, pero después ¡que cómodo era viajar con el! . Sabía de carnaval, hacía carnaval y amaba el carnaval.

Mi amigo  siempre sonreía, era un “payaso” que nos alegraba la vida.

Una copa  de vino, se convertía en la llave  que abría una larga conversación, paladeando la amistad  después de un ensayo. La temática, cogiera  por los caminos semánticos que cogiera, terminaba “arreglando”  nuestro carnaval. Y terminábamos concluyendo que trivializar y relativizar  las cosas era el mejor mecanismo para cultivar una amistad.

Cantaba mis coplas, montaba mis letras, escuchaba mi voz.

Persona afable donde las hubiera, con su "mijita" de genio, su voz prodigiosa, su abrazo sincero y  con la sonrisa a flor de piel.

Se recomponía a diario para luchar  contra todas  las adversidades. Pero ésta vino tan de frente que no le dio tregua.

Mi amigo se llama, se llamaba y se llamará Nanin. Porque los que nos quedamos, no podemos arrancarnos del alma, su voz, su imagen, momentos vividos, nuestros ensayos, sueños compartidos, carnavales vividos, rocios pateados...

No podemos extraer de nuestra vida cotidiana sus chascarillos, su compañía, sus silencios… sus broncas.

 Recuerdos…

 Pero  la rutina volverá a intentar devorarnos, y aunque en el puzle de nuestro alma cada vez falten más piezas, nosotros seguiremos cantando a la vida, como él le cantaba, porque él era  alegre y vitalista.

Por eso Nanin un placer haberte conocido y haberte dedicado parte de mi vida, gracias por dedicarme también parte de la tuya. Que dolor más grande haberte perdido.

Manuel Fernández

1 comentario:

Merchi dijo...

Era, es y será grande por siempre. Preciosas palabras. Ha sido una pérdida muy triste pero el hecho de recordarlo te da por un lado lágrimas en los ojos y por otro una sonrisa infinita. Hasta luego Nanin.