Oro
para la insignia del carnaval
Si, Insignia de oro…
Nunca el carnaval brillo tanto.
Si, insignia de oro…
Ese galardón ahora tiene más
quilates.
Quizás sea un suma y sigue o tal vez un
punto y aparte.
también quien dice, que hay un sitio para cada cosa.
Y la verdad es que la insignia de oro
del carnaval colombino
buscaba una solapa con un ojal afable, entregado y meritorio como ninguno.
Buscaba entre las chaquetas más
distinguidas de nuestro carnaval ese pecho añejo, cimentador y
fundamentado, con solera, donde pregonar esta fiesta en cada
latido.
Buscaba ese ojal hecho a medida. A
medida del conocimiento, de la
singularidad, del arte, del saber estar, del esfuerzo, de las miles
de puntadas por un carnaval mejor.
Un ojal en una solapa de terciopelo en el habla,
de tergal en la disciplina, y de seda en la mano derecha.
Buscaba un ojal hilvanado
con cuerdas de guitarra, donde un Do fuera un DOmingo de ensayo y un RE, REpetimos
la cuarteta.
Con un MI que
nunca era posesivo ni egocéntrico, un Fa que era FAmilia entre cuatro paredes de
ensayo.
SOL que no
llegaba a ser SOLo, porque para eso estaba
yo compartiendo sueños.
LA, femenina y deseada presencia.
Y un SI. Si
insignia de oro…
En 2014 la insignia de oro del carnaval colombino ha encontrado el ojal perfecto donde anclar para engrandecer esta fiesta, el pecho de D. Manuel Cordero Fernández.
Pura esencia de carnaval