Hoy he paseado por la orilla, la orilla de una
ciudad cargada de historia. Mis pies se hundían en sus arenas finas y mi mente
se sumergía en las peculiaridades de este lugar, tan amable, cotidiano y
singular, que parece que aquí se viviera
dos veces. Ciudad que cotidianamente me
alegra la vista, me estimula el olfato,
me eriza la piel.
Y provoca huracanes de sabor en mi paladar.
Un
barquito de papel, de ese papel que decreta, qué informa, que
transportaba te quieros mucho antes que los whatsapp, que dejaron obras maestras
de nuestra literatura para la eternidad. Papel, abarrotado de letras,
dispuestas con ingenio, con dulzura, con ironía o con pulcra terminología
legalista.
El papelón de churros mañanero o los papeles
del camión.
Papel
que por Febrero, se adentra por las callejuelas del pensamiento, se impregna
del hechizo mágico de la cotidianidad más popular y preñado de tinta le ruega a
una guitarra, que los haga coplas.
Papel
dentro de una botella llamada Febrero, que guarda dentro la
esencia, festiva, reivindicativa, critica y alegre de una fiesta llamada
carnaval. Y que por esta orilla, cuna del descubrimiento, nos descubre cada
año, la gracia y risa de un cuplé, la sensibilidad y fuerza de un pasodoble.
El estallido de color para pupilas ávidas de fantasía.
La
papiroflexia hace de una hoja de periódico, un barco, una mariposa, una paloma…
Podríamos
llamar papirofiesta, a la fiesta a
través del papel.
Una
lluvia colorista de papelillos, un rio de bucles de serpentina, el pase rectangular
y numerado que te abre las puertas de nuestro Gran teatro, una revista de carnaval, que compendia las mejores
imágenes y comentarios de nuestra fiesta. Un
cartel anunciador, un photo call
para imortalizar la inmensa felicidad de un segundo. Un atrezzo o el papel
pinocho de un ramo de flores para las damas.
Aquel vaso de papel vacio, que ha saciado la
sed de congratular, de hacer amistoso y festivo tu entorno más cercano.
Hacer un buen papel, es lo que
queremos cada año, que este barquito llamado carnaval colombino llegue a muchos
puerto y no sea papel mojado. Por que en este barquito de papel cabemos todos,
los que van y los que vienen, los que están y los que son. Y es que con el empuje de nuestra brisa, y el vaivén de
nuestras olas, aquí se esta como pez en el agua.
Hoy les a tocado a nuestras aspirantes
a damas, comenzar a escribir sobre el papel, la historia del carnaval colombino
2018.
Nada de tachaduras ni borrones, con
arte, con gracia como no podía ser de
otra manera en este rincón del sur.
Donde con nuestros disfraces haremos
muchos papeles distintos; pero con el corazón solo haremos uno, ¡todos haremos
uno! querer a nuestra tierra. Huelva.
texto de la Gala de Coronación 2018
texto de la Gala de Coronación 2018
Manuel Fernández
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