Se ha puesto su corona-antifaz y se ha sentado en el sofá,
espera paciente y ansioso el carnaval de calle.
A los perros no los dejan entrar en el Gran Teatro, por muy buen pelaje que tenga.Ni aunque tengan pedigri.
Pero se lo pasará bomba en la calle el sábado por la mañana y en la cabalgata, por las calles del centro y entre carrozas, podrá deleitarse con los pasodobles de Córdoba en la puerta de la plaza de abastos.
Se desahogara en cualquier esquina, para marcar su territorio
y disfrutará sin duda del cuplé de Palabritas en la placeta.
Pero ya será algo inaguantable cuando frote sus patitas y menee el rabo escuchando el popurrí de Punta Umbría en la plaza de las monjas.
Y den por seguro que le pide el sombrero a algún comparsista de La casa de los espejos.
Lo malo será aguantarlo cuando vea tantos ratones en la cabalgata ¡se volverá loco!.
Y es que a Román le encanta el carnaval de calle.
Se disfraza todos los años. Con su olfato perruno, tan desarrollado, busca por las calles de Huelva ese cariño desaforado que le tienen las agrupaciones de fuera a esta capital. Pero siempre se vuelve a casa con el blog de los autógrafos en blanco, bueno en blanco tampoco, recoge firmas de comparsistas de Huelva, de chirigoteros y cuarteteros de Huelva, ¡que no es poco!
Y se vuelve a casa tarareando ¡ay! "ladreando" el final de un pasodoble que se aprendió mientras roía un hueso
lo demás puro teatro
lo demás, solo son golpes de pecho"
2 comentarios:
que bonitooo mi roman, que pena que no aprendamos de los perros de los pueblos, sus blog si que estaran firmados y bien llenos!!! (sandra)
jejeje, que buena foto, jeje un saludo
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